La Educación Sexual consiste en la enseñanza
inclinada o interesada en desarrollar la comprensión de los aspectos físico,
mental, emocional, social, económico y psicológico de las relaciones humanas en
la medida en que afecten a las interacciones entre hombre y mujer, como vinculo
de pareja o como individuos que se desenvuelven en un contexto determinado.
La sexualidad involucra aspectos
biológicos,
emocionales, sociales, culturales, éticos y filosóficos. Si bien las personas
nacen con una determinada carga genética que define su sexo biológico, el
proceso a través del cual se llega a asumir la propia sexualidad como una
dimensión personal y relacional, se ve fuertemente ligado a condiciones del
medio ambiente y a las relaciones interpersonales, en especial, las relaciones
afectivas que se establecen a través del tiempo.
De esta forma, la sexualidad es una dimensión integral, que comienza al nacer y termina con la muerte y se va fortaleciendo a lo largo de todo el proceso y ciclo de vida. En este proceso la familia juega un rol protagónico, constituyéndose los padres como los primeros y principales educadores sexuales de sus hijos e hijas.
La formación en sexualidad es un proceso de permanente aprendizaje para la vida, unido al crecimiento y desarrollo del ser humano, que hace parte inherente del mismo. Es mucho más que entregar conocimientos de la biología y acerca de los elementos que intervienen en el proceso reproductivo de la especie; Consiste en un aprendizaje para vivir en sociedad, para el desarrollo socio-afectivo, social, cultural, modelación de valores morales y espirituales en niños, niñas y adolescentes para que se conviertan en hombres y mujeres autónomos y responsables de sus actos.
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